Regresa "Donnie Baseball" al Bronx, en el arranque de una serie especial
Para el mánager de los Dodgers, Don Mattingly, Nueva York es su casa.
Mattingly es un ícono de los Yanquis. Jugó toda su carrera de 14 años con los Bombarderos del Bronx, fue convocado seis veces al Juego de Estrellas y ganó nueve Guantes de Oro como inicialista.
La mejor campaña de Mattingly fue en 1985, cuando bateó .324, con 35 cuadrangulares y encabezó la Liga Americana con 145 carreras producidas y 48 dobletes para llevarse el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Terminó una exitosa carrera después de 1995, y los Mulos retiraron su número 23 dos años después.
Con la visita de los Dodgers a Nueva York para una serie de dos compromisos contra los Yanquis desde hoy, "Donnie Baseball" está de regreso en el Bronx para su primera visita en uniforme desde el 2007, publicó mlb.com.
"Cuando viajo a Nueva York, es como regresar a casa", manifestó el piloto. "Me formé aquí. Siempre me encanta volver".
Pero como siempre sucede en la Gran Manzana, las cosas cambian.
Ha desaparecido el reconocido bigote de Mattingly de sus días con el uniforme de rayitas. Tampoco existe el viejo Yankee Stadium, donde Mattingly conectó 131 jonrones y bateó .313 de 1982 a 1995. Ha visitado el nuevo estadio solamente una vez, para la inauguración de la placa de George Steinbrenner en el 2010.
Joe Torre acompañó a Mattingly durante aquella visita de hace casi tres años, cuando Torre estaba al mando de los Dodgers y Mattingly era el couch de bateo. Ambos salieron de Nueva York luego de la temporada de 2007, cuando Joe Girardi sucedió a Torre como piloto de los Yanquis, por encima de Mattingly.
Pero Mattingly señaló que eso fue "una especie de bendición". Fue couch de bateo bajo Torre en Nueva York del 2004 al 2006 y trabajó como el couch de la banca en el 2007. Antes de eso, Mattingly pasó siete temporadas con la organización como instructor especial durante los entrenamientos de primavera, de 1997 al 2003. Sin embargo, el 2007 no era el momento para tomar el siguiente paso.
"Me trataron de una manera justa", dijo Mattingly, quien agregó que Steinbrenner quería que fuera mánager, "él pensaba que podía ser buen mánager". "Las cosas suceden por algo. Ese no hubiera sido el momento para mí. Estaba pasando por asuntos personales que hubieran hecho difícil ser dirigente por primera vez".
Pero el regreso de Mattingly a Nueva York no se trata solamente de él. Quiere que los Dodgers ganen, entren en ritmo y salgan del bache que ha rodeado al club durante la mayoría de la temporada. Una barrida a los Yanquis definitivamente sería de bastante ayuda.
"Se trata de un viaje de negocios porque eres parte del otro equipo", señaló Mattingly.
Aunque tomará su puesto en la cueva rival, Mattingly piensa que recibirá una grata bienvenida del público. Después de todo, era bien querido en Nueva York, pese a nunca llegar a la Serie Mundial como pelotero ni couch de los Yanquis.
"Es bueno saber que la gente respeta la forma en que jugaste", apuntó. "Es bueno para un jugador volver y pensar que los aficionados valoraron tu desempeño".
Por supuesto, el recibimiento positivo no duraría mucho.
"Sé cómo son esos fanáticos", declaró Mattingly. "Serán amables, pero también quieren ganar. Será divertido".
Sin embargo, han pasado casi 18 años desde que Mattingly vistió un uniforme de los Yanquis como jugador, seis años desde que se sentó en la banca como couch y casi tres temporadas más desde su última visita al Bronx.
¿Será un poco extraño?
"No, porque conozco a los muchachos, conozco a todos", indicó Mattingly. "Hay algunas cosas nuevas. Pero la mayoría son cosas conocidas".
Ellos lo conocen también. Es al que llaman "Donnie Baseball" y está de regreso.
Para Girardi, será grandioso tener de vuelta a Mattingly. "Es uno de los grandes yanquis de la historia. Es uno de los mejores compañeros que se hayan puesto ese uniforme. Siempre me ha gustado y he apreciado lo que ha hecho. Será un gran día para él". El sentimiento podría ser diferentes para estas históricas franquicias: los Dodgers están hundidos en el último lugar de la División Oeste dela Nacional, mientras que los Yanquis están detrás de Medias Rojas y Orioles en el Este de la Americana.
Esta tarde, a las 18 horas, por ESPN2, el yanqui Phil Hughes se enfrenta a Hyun-Jin Ryu.
EL RETORNO DE UNA RIVALIDAD CLÁSICA
¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última visita de los angelinos al Bronx?
La vez anterior que lo hicieron, Fernando Valenzuela era un novato. Fue en el último juego de la Serie Mundial de 1981, la que “El Toro” ayudó a ganar a los Dodgers.
Como escribió Tom Verducci, de “Sports Illustrated”, Yanquis y Dodgers, franquicias icónicas que no se enfrentan desde 2010, le dan algo de sabor a los partidos interligas con este choque lleno de nostalgia e historia. De 1941 a 1981, se vieron las caras en la Serie Mundial 11 veces (la final que más se ha repetido), jugaron 66 encuentros en esas finales, 32 en el Yankee Stadium. Los Yanquis triunfaron en 22 de esos 32 para coronarse en ocho ocasiones.
Yanquis y Dodgers, prosiguió Verducci, nos han dado partidos inolvidables en el Bronx: los tres cuadrangulares de Reggie Jackson, los 15 ponches de Sandy Koufax en 1963, cuando superó a Whitey Ford, y el juego perfecto de Don Larsen, entre otros.
“Es bueno que tenemos nostalgia para calentar nuestros corazones sobre esta serie. De otra manera, es un duelo entre dos equipos que pagan mucho, ganan poco, que están muy golpedos por lesiones, y cuyo récord combinado es 67-70. Muchos de los grandes jugadores de ambos clubes no estarán: Matt Kemp, Carl Crawford y Josh Beckett por Los Angeles, y Derek Jeter, Alex Rodríguez y Curtis Granderson por Nueva York.
El que sí estará es el primera base angelino Adrián González, ex de Boston, quien tiene cinco jonrones en 15 juegos en su carrera en el Bronx.
Yanquis (228 millones) y Dodgers (216.5) son dueños por mucho de las mayores nóminas en el béisbol. Y en las Grandes Ligas ocupan los lugares 21 y 27 en carreras anotadas por partido. Ocupan los sitios 29 y 30 –penúltimo y último- en la edad promedio de sus bateadores. Pero Los Angeles, que desde que comenzó 7-4 está peor que cualquier otro conjunto, a excepción de Astros, Mets y Marlines, puede aprender de los neoyorquinos, que pese a una cadena de lesiones que parece no tener fin, se mantienen arriba de los .500 y cerca de los primeros lugares.
“Al menos podemos disfrutar algo que se siente realmente fresco: los Dodgers contra los Yanquis en el Bronx por primera vez en 32 años. Es lo mejor que ofrecen los interligas”.
