Lectura recomendada: los Cardenales de Yadier Molina lucen como un súper equipo
Perdieron desde hace un par de temporada a Albert Pujols. Se quedaron sin el mánager Tony La Russa tras ganar la Serie Mundial de 2011. Actualmente tienen lesionados a tres de sus abridores, incluido el zurdo tamaulipeco Jaime García.
Y los Cardenales de San Luis (43-23) son, sin lugar a duda, el mejor equipo de Grandes Ligas. ¿Cómo le hacen? A continuación, el reconocido periodista Tom Verducci, de “Sports Illustrated” ofrece su opinión en un análisis de los pájaros rojos. Es nuestra lectura recomendada:
Edward Mujia, cerrador de San Luis, tiene dos historias personales que contar sobre la importancia del cátcher Yadier Molina para los Cardenales. La primera ocurrió cuando Mujica se unió a los Cardenales en Colorado, luego que San Luis lo adquirió en un cambio con Miami el pasado 31 de julio. Mujica no había pitcheado contra las Rocas desde mayo, y aún no estaba con San Luis cuando los pítchers repasaron a los bateadores de las Rocas al inicio de la serie en Denver. Mujica se acercó a uno de los couches en busca de información sobre el equipo rival. “No te preocupes”, le dijeron. “No la necesitas. Sólo sigue a Yadi”.
La segunda historia ocurrió en un partido de la serie divisional contra Washington, el año anterior. En un momento difícil del jugo, Molina visitó a Mujica en la loma para lo que parecía una típica charla sobre la secuencia de pitcheos para el siguiente bateador. En vez de eso, Molina le dijo a su lanzador, “lo que quieras lanzar, lánzalo. Lo que sea, yo lo atrapo”. “Nunca había escuchado algo así”, comentó Mujica. “Regresó detrás del plato. Ninguna señal. Lancé un cambio de velocidad. Y se quedó con él”.
Alguna vez un cátcher calladamente eficiente para atrapar la pelota y poner fuera a corredores en base, un buen pelotero cuya extensión de contrato por 5 años y 75 millones de dólares firmada en 2012 generó algunas dudas (bateaba .274 en su carrera, con un “OPS” de .707 en ese momento), el boricua Molina se está consolidando como uno de los jugadores más indispensables en el béisbol, al lado de Buster Posey, de los Gigantes. Este año es un candidato aún más fuerte para ser el Jugador Más Valioso, luego de terminar en cuarto lugar el año anterior. Es el líder bateador de la Liga Nacional (.353) en el mejor equipo de las Ligas Mayores. Desde que firmó esa extensión, batea .327, con un “OPS” de .878. Y por cierto, su equipo ha aceptado el menor número de robos de bases en la liga y ningún otro cátcher ha jugado en un porcentaje mayor de las entradas de su club que él. Lo que realmente eleva el perfil de Molina es el juego experto de los Cardenales. San Luis comenzó la semana con la mejor rotación de la Gran Carpa, la mejor ofensiva a la hora buena, el mejor diferencial de carreras, y apoyándose en Mujica, un cerrador dominante que convirtió la única pregunta acerca del equipo en una definitiva respuesta.
Aunque el equipo que dirige Mike Matheny ha usado a ocho pítchers que nunca habían lanzado en Grandes Ligas, los pájaros rojos no se detienen. No ha perdido una serie desde abril. Molina, como las historias de Mujica sugieren, es la pieza fundamental del equipo. Tan buenos son los Cardenales de Molina, con casi el 40% de la temporada disputada, que vale la pena hacer una pregunta que poco se escucha en esta época del mundo del béisbol democrático de Bud Selig, en la que tantos conjuntos tienen “fe y esperanza”: ¿son los Cardenales un raro súper equipo de otros tiempos?
¿Qué es un súper equipo?
Un club que gana 100 encuentros y la Serie Mundial.
En alguna ocasión, era normal esperar ese tipo de desempeño de los campeones mundiales. De 1975 a 1978, los cuatro monarcas ganaron al menos 100 desafíos (los Rojos de 1975 y 1976 y Yanquis de 1977 y 1978). Pero hemos tenidos casi los mismos súper equipos en 34 años desde entonces (Tigres de 1984, Mets de 1986 y Yanquis de 1998 y 2009).
Simplemente ya no hacen a los equipos de 100 triunfos como antes; los Filis de 2011 son el único club de la Nacional en los últimos siete años en ganar una centena de encuentros, y perdieron en la serie divisional frente a los eventuales campeones Cardenales. El anterior conjunto del Viejo Circuito en ganar al menos 100 y coronarse fueron los Mets de 1986, hace más de un cuarto de siglo. Y la última franquicia no de Nueva York en ser tan poderosa fue la Detroit en 1984. Ahora tiene una idea de qué tan raro es que a estos Cardenales siquiera se les mencione en ese tipo de compañía. Seamos realistas: a San Luis le quedan poco menos de 100 partidos antes de llegar a octubre. Y si no entiende lo lejos que está octubre, aquí un recordatorio: el mejor récord en la liga en la primera semana de junio hace uno les pertenecí a los Dodgers de Los Angeles, que vieron los pléiofs desde sus sofás. En las 18 temporadas de la era del comodín, sólo tres clubes con la mejor marca en el béisbol luego de la primera semana de junio conquistaron el Clásico de Otoño (los Yanquis de 1998, los Medias Blancas de 2005 y los Medias Rojas de 2007).
Así que no convirtamos todavía a estos Cardenales en los Yanquis de 1998. Sin embargo, estos tres puntos hacen pensar que tienen con qué ser un súper equipo:
-La rotación de San Luis tiene por mucho la mejor efectividad (2.73) de las Mayores. En sus primeros 60 juegos, sus abridores, entre ellos el mexicano García (5-2, 3.58 en 9 aperturas, antes de lesionarse), compilaron marca de 34-12, con efectividad de 2.63. Según el Elías Sports Bureau, sólo una rotación en la era de la “bola viva” (desde 1920) tuvo tantas victorias con tan buena efectividad luego de 60 desafíos: la de los Cardenales de 1944, club que ganó la Serie Mundial. Ayer, el as cardenal Adam Wainwright (7 entradas en blanco) superó 2-1 al met Matt Harvey para convertirse en el primer ganador de 10 partidos en el año. Ambos son parte de una larga lista de candidatos para abrir por la Nacional en el Juego de Estrellas, dentro de un mes, que también incluye a Patrick Corbin (Arizona), Clayton Kershaw (Dodgers), Cliff Lee (Filis), Shelby Miller (Cardenales) y Jordan Zimmerman (Washington). Difícil decisión para Bruce Bochy, piloto de San Francisco y de la Nacional.
-Los Cardenales batean .341 con corredores en posición de anotar. El promedio de la liga es .258. Ningún equipo ha bateado tan bien en esa situación a estas alturas de la temporada desde… bueno, desde que esa estadística comenzó a registrarse en 1974.
-Los pájaros rojos no se ponchan. En esta época en la que los chocolates se dan con demasiada facilidad, San Luis es el segundo equipo más difícil de ponchar en la liga. Si piensa que los ponches no cuentan, considera que los últimos tres campeones –los Gigantes de 2010, los Cardenales de 2011 y los Gigantes de 2012-, ocuparon los puestos 12, 16 y 15 en su liga en anestesias recibidas. Fueron grandes equipos viniendo de atrás porque ponen la bola en juego. Este año, Cardenales y Gigantes ocupan los sitios 14 y 15 en la liga de 15 equipos en ponches.
LA SOLUCIÓN PARA LOS DODGERS
En su columna “Tres Staics”, Verducci descarta que la bronca que tuvieron el martes con Arizona vaya a servir como “inspiración” a los decepcionantes Dodgers. “Ese día ganaron y ¿qué pasó luego? Yasiel Puig se agravó un problema en un hombro durante la trifulca, no jugó y cayeron en entradas extra. Ahora, vienen nueve encuentros en fila en gira contra Piratas, Yanquis y Padres, que colectivamente han jugado para .616 en casa. Lo que necesitan los Dodgers es que sus bates despierten. Ocupan el lugar 13 en carreras y 13 en jonrones en la Nacional. Este equipo no irá ningún lado, a menos que Hanley Ramírez y Matt Kemp sanen y bateen como deben”.
Las Grandes Ligas dieron a conocer hoy las sanciones por la batalla campal en Dodger Stadium y son severas. Ian Kennedy, de Arizona, se va 10 partidos por intencionalmente hace un lanzamiento al área de la cabeza de Zack Greinke durante la séptima entrada, cuando había una advertencia para ambos clubes. Eric Hinske, de los Cacabeles, fue suspendido cinco juegos por salir del dógaut y sus acciones agresivas durante los incidentes. Los dodgers J.P. Howell y Skip Schumaker fueron castigados con dos partidos cada uno, al igual que el couch de bateo angelino, Mark McGwire. El pítcher dodger Ronald Belisario, así como los timoneles Don Mattingly y Kirk Gibson Gibson se perderán un desafío.
